Secretaria.

domingo, 10 de enero de 2010




Tu café de la mañana. Te observo de reojo como todos los días, estas perfectamente vestido, como siempre. Y con ese aire de superioridad que me encanta.

Cierro la puerta, me acerco a tu escritorio, pongo la pequeña taza sobre el, y me dispongo a salir del lugar en forma silenciosa, tal como lo hiciera al entrar.

Pero no, hoy no saldré tan fácilmente de aquí. Me retienes por el brazo, con fuerzas pero sin hacerme daño, con una mueca silenciosa me informas que debo esperar, estas al teléfono, pero no quieres que salga aun del lugar. Tendrá algo que decirme, pienso.

Cuelgas el aparato, y comienzas a observarme, a recorrerme de arriba abajo con esa mirada que me encanta, que en este momento consigue sonrojarme.

Acércate, me dices con voz suave, tengo algo para ti. Y desde esa silla, tu aun sentado en ella y yo de pie frente a ti, comienzo a sentir tus manos que recorren mis piernas, acariciándolas con
suavidad, mientras comienzo a sentir las respuestas de mi cuerpo a ese estimulo. Intento controlarme pero me es imposible y un pequeño gemido se escapa de mi garganta.

Te gusto, dijiste. Aun hay más pequeña, acércate más, que te mostrare que tengo para ti.

Y yo me acerco, como tú dices, mientras tú liberas un espacio de la mesa para tumbarme en ella…no sin antes quitar mi blusa y mi sostén para recibir mis pechos y comenzar a besarlos, mientras tu mano busca mi sexo anhelante de ti…


Me trasladas con un rápido movimiento al borde del escritorio, y entras en mi cuerpo, ese cuerpo que te viene deseando desde hace meses, y al que por fin has decidido entregarle placer, follandome como lo había soñado, con esa delicadeza y esa fuerza tan perfectamente mezcladas.

Tus manos juegan con mis pechos, los estiran, los acarician, yo entretanto me abrazo a tu cuello. Bajo a tu espalda la araño suavemente, para comenzar a moverme junto contigo. Quería
llegar junto contigo al cielo. Entre esos movimientos sentí tu cuerpo tensarse, ya esta, los dos juntos tocamos las estrellas, mientras mis oídos se inundaban con ese grito nuestro de placer.





El sonido del teléfono me devolvió a la realidad, ahí estaba yo, de pie, con esos informes en mis manos, con mis ojos pegados en el vaho que desprendía esa aun caliente taza de café.

Me sonreí al advertir que fue todo una fantasía, mientras tú retirabas de mis manos los informes que esperabas, rozando levemente dos de mis dedos.

Esta muy guapa hoy, dijiste…alguna cita?.
Los colores invadieron mis mejillas nuevamente.
Le pasa algo, preguntaste.
No señor, todo perfecto, respondí, mientras me retiraba de esa oficina cerrando la puerta y respirando agitada aun por aquel encuentro forjado en mi imaginación.



7 dejaron besos en mi piel:

N. 10 de enero de 2010, 16:28  

¿Te fuiste al baño después de eso? A calmar el corazón...

Unknown 10 de enero de 2010, 16:37  

que bien forja tu imaginación,
tanto así que estoy sintiendo el aroma a el café caliente y a ti,
besos

H. Chinaski 10 de enero de 2010, 16:58  

Perfecta JATL
Magistralmente sutil y soñadora
En muchas ocasiones, los pensamientos son comunes pero ninguno da el primer paso.

Bisous cherie

© Capri 10 de enero de 2010, 17:39  

Estupendo mi niña!!.

Sería solo tu imaginación, pero te aseguro que yo lo vivi al leerte.

Un beso muy dulce

Alfonso 15 de enero de 2010, 7:31  

Como dice Capri, sería solo tu imaginación, pero yo lo he vivido y sentido al leerte. Maravillosa imaginación que nos hace volar hasta nuestros más ocultos deseos y perversa al mismo tiempo pues su despertar nos hace caer en la frustración más grande.

Besos muy cálidos.

Mónica 19 de enero de 2010, 13:35  

Que buenas esas fantasías...

Besos

LORD SOUL 17 de abril de 2010, 1:55  

Y el color negro, juntos me ponen perverso, besos

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Besos

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